Inside Out 19/10/2015
Comentario de la Película
Yo lo que realmente considero muy positivo de esta película es que, gracias a ella, millones de niños en el mundo están acercándose al mundo emocional, hablando de emociones con naturalidad, y entendiendo que son una parte esencial del ser humano, de su personalidad y de su comportamiento. Es evidente que cada vez lo tenemos más claro (y que una película de Disney-Pixar se base en las emociones es la mejor prueba de ello), pero es algo relativamente reciente. Cuando yo era niña, no recuerdo que nadie me explicara el importante papel de las emociones en nuestra vida. Y eso, los niños de hoy en día, ya lo tendrán más que claro, habrán crecido con ello. Serán niños tecnológicos y emocionales ;-)
Uno de los principales mensajes que transmite la película es que todas las emociones son necesarias e importantes. El cambio de rol de la tristeza a lo largo de la película lo hace más que patente. Justo en el punto de la película en que se le otorga a la tristeza el lugar y reconocimiento que merece, justo en ese punto en que queda claro que la tristeza es necesaria y útil (nos alerta de que algo no va bien, de que hemos perdido algo que queríamos, de que necesitamos un cambio).
- Las emociones no son malas ni buenas, son algo innato al ser humano que nos transmiten una información útil sobre lo que nos pasa y, por tanto, tenemos que acogerlas y aceptarlas. Por ejemplo, el miedo nos pone en alerta para defendernos de un posible peligro.
- Las emociones no se explican en su totalidad por los hechos o situaciones que me suceden sino por la interpretación que yo hago de las situaciones.
- Las emociones son, por tanto, coherentes con el pensamiento. Así como yo piense, así me siento. Si pienso "soy un inútil", es probable que me sienta triste.
- Hay veces que las emociones son lo primero que experimentamos, por ello es necesario poder aprender de qué nos están avisando.
- Puedo cambiar mi conducta si consigo aceptar y regular mis emociones y los pensamientos que las producen.
- Si consigo pararme y evaluar como un observador externo mis emociones, podré ver la situación de forma distinta, hacer respiraciones, relajarme, ver qué alternativas de conducta tengo, organizar mi plan de respuesta y no responder automáticamente.